En una carta dirigida al Presidente Gustavo Petro, 16 exintegrantes de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), con quienes el Gobierno Nacional había anunciado la instalación de una mesa de negociación, han solicitado la suspensión de su designación como gestores de paz y de su relación con la oficina del alto comisionado para la Paz del Ejecutivo. El grupo, encabezado por el excomandante Salvatore Mancuso, acusó al comisionado Otty Patiño —exintegrante del M-19 y cercano al presidente— de presuntos “incumplimientos reiterados” y “falta de transparencia” en el proceso. Lo acusan de convertir su designación en un gesto simbólico, sin efecto práctico. Los antiguos jefes paramilitares, que negociaron un acuerdo con el gobierno de Álvaro Uribe en 2003 y han estado años en la cárcel en Colombia o Estados Unidos, refieren que, a pesar de haber seguido “cada instrucción escrita y verbal” del gobierno, durante ocho meses la Oficina no habría convocado a mesas técnicas ni asignado recursos para que cumplieran sus labores como gestores de paz.
La gestoría de paz es una figura jurídica que permite al Ejecutivo suspender las órdenes de captura o las sanciones de cárcel —no los procesos penales en curso— sobre los integrantes de grupos armados que se comprometan a contribuir en procesos de paz. Para el caso de estos comandantes, la situación es particular, pues inicialmente no pertenecen a ningún grupo armado actualmente activo. Dentro de sus funciones estaban la interlocución con otros grupos que buscan una salida negociada a la violencia. En este marco, solo ha ocurrido un apoyo de Carlos Mario Jiménez, Macaco, en las negociaciones con las bandas de Medellín y sus alrededores. Los excomandantes dicen que la relación se habría terminado de caer cuando funcionarios de la Oficina habrían cancelado una reunión solicitada por ellos para discutir lo que llaman la “culminación” del proceso de Santa Fe de Ralito, en el que negociaron con Uribe, y su participación concreta en la política de paz total, con la que Petro buscaría negociar en simultáneo con los distintos grupos armados de Colombia.
“Nos apartamos del ruido estéril, pero jamás desistimos de continuar trabajando por la paz del país”, escribieron. Aunque solicitaron una reunión con el mandatario, mencionaron que Petro “aún tiene la posibilidad, en su calidad de Jefe de Estado, de pisar el acelerador y consolidar la paz, o, si lo considera más conveniente, revocar de manera definitiva las resoluciones que nos designan gestores de paz”. Las tensiones entre los exparas y Patiño no son nuevas. En mayo, el gobierno instaló un espacio de diálogo que sería para “cerrar el Acuerdo de Ralito”. El comisionado no respaldó la iniciativa en el marco de críticas sostenidas de Petro al pacto que firmó Uribe. En octubre de 2024, en un encuentro con Mancuso en Montería, el mandatario anunció que su gobierno se encargaría de “terminar el proceso de desmovilización” y anunció que se reabriría la mesa de negociación. Han firmado la carta Rodrigo Tovar Pupo, Jorge 40; Rodrigo Pérez Alzate, Julián Bolívar; Luis Eduardo Cifuentes Galindo, El Águila; Manuel de Jesús Pirabán, Pirata; Juan Francisco Prada Márquez, Juancho Prada; José Baldomero Linares, Guillermo Torres; Freddy Rendón Herrera, El Alemán; Edward Cobos Téllez, Diego Vecino; Héctor Germán Buitrago, Martín Llanos; Ramón Isaza, El Viejo; Arnubio Triana Mahecha, Botalón; Ramiro Vanoy, Cuco Vanoy; Héctor Buitrago Rodríguez, El Patrón; Macaco; Mancuso y Hernán Giraldo Serna.
Vía: El País (España).