Irán anunció la prohibición de entrada al director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, y la suspensión total de su cooperación con la agencia. La decisión fue tomada tras acusaciones de que presuntamente el OIEA filtró datos confidenciales que habrían terminado en manos de Israel, lo que habría facilitado los recientes ataques militares israelíes y el estadounidense contra instalaciones nucleares, militares y zonas civiles iraníes. El Parlamento iraní aprobó de forma unánime esta suspensión y también ordenó retirar las cámaras de vigilancia del OIEA en sus plantas nucleares. Sin embargo, aunque la medida ya fue refrendada por el Consejo de Guardianes, aún no ha sido firmada por el presidente, por lo que la suspensión no ha entrado en vigor de forma operativa. Este lunes, 30 de junio, se conoció que Francia, Alemania y el Reino Unido condenaron lo que consideraron como amenazas contra Grossi, y exigieron a Irán garantizar la seguridad del personal del organismo, así como mantener la colaboración con esta agencia nuclear de la ONU.
Sin embargo, la AIEA (Agencia Internacional de Energía Atómica) indicó que no habría recibido una notificación oficial por parte Irán. Las autoridades iraníes han mencionado que los conflictos nucleares serían 'un pretexto' para atacar a Irán como nación soberana. El ministro de Exteriores, Seyed Abás Araqchi, acusó a Grossi de supuestamente haber actuado con parcialidad y permitir agresiones militares amparadas en informes manipulados. Irán también evalúa retirarse del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), acuerdo internacional que prohíbe el desarrollo de armas nucleares por parte de los países firmantes. En paralelo, Rafael Grossi, en declaraciones a CBS News, dijo que los ataques de Estados Unidos no habrían destruido por completo el programa nuclear iraní y que Irán podría reanudar el enriquecimiento de uranio 'en pocos meses'. Además, que se habrían hallaron rastros de uranio en lugares no declarados, y que Irán no habría dado 'respuestas claras' al respecto.
La crisis diplomática ha escalado. Irán ha denunciado presuntos intentos externos de desestabilización interna, y ha referido que tendría derecho a proteger su seguridad y soberanía frente a lo que considera 'agresiones ilegales'. Todo sucede en medio de un cese al fuego entre Irán e Israel. Irán ha dicgo que dudaría que Israel respete el alto al fuego. El jefe del Estado Mayor iraní, Abdolrahim Musavi, mencionó que responderían 'con fuerza' si Israel ataca de nuevo. Mientras tanto, EEUU, que participó en los ataques, también ha advertido con bombardear nuevamente si Irán retoma el enriquecimiento de uranio con fines bélicos. Irán insiste en que su programa nuclear sería de carácter civil. A propósito de los efectos del conflicto, hoy se conoció que el 23 de junio un bombardeo israelí contra la prisión de Evin, en Teherán, habría dejado al menos 71 muertos, incluidos presos políticos, familiares en visita, personal administrativo y vecinos. La prisión es conocida por albergar a disidentes, periodistas críticos y opositores al gobierno iraní. Israel confirmó el ataque como parte de su ofensiva actual, y su canciller celebró la acción con la frase “¡Viva la libertad, carajo!”. La ONU condenó el ataque al decir que violaría el derecho internacional, y solicitó protección para los presos. Las autoridades iraníes anunciaron el traslado de algunos reclusos tras el ataque. El reporte continúa en desarrollo.
Vía: CNN • TeleSUR • DW • AFP • EFE • AP