Las lluvias constantes que se registran en Ibagué durante las últimas semanas harían parte de un ciclo climático habitual en la región Andina, conocido como 'sistema bimodal'. Este patrón generaría dos temporadas de lluvias al año: una entre abril y mayo, y otra que se extiende de octubre a diciembre. En este 2025, expertos pronostican que las precipitaciones serían más intensas que en años anteriores, con un aumento de hasta el 30% en comparación con el promedio histórico. “El clima de Ibagué es bimodal, lo que significa que tenemos dos periodos lluviosos: uno entre abril y mayo, y otro entre octubre, noviembre y parte de diciembre. En este momento estamos iniciando la segunda temporada del año”, explicó Félix Salgado, director de Gestión del Riesgo.
Así, la ciudad enfrentaría las lluvias intensas del último trimestre del año, que ya habrían comenzado a afectar distintos sectores urbanos. Tras una temporada seca entre junio y agosto, la transición hacia estas condiciones climáticas sería evidente. Según los reportes meteorológicos, una disminución de la temperatura en el océano Pacífico estaría relacionada con la presencia débil del fenómeno de La Niña, y esto incrementaría las precipitaciones entre un 10% y un 30%. Esta situación podría generar 'lluvias intensas y localizadas', aunque todavía se esperarían algunos días de sol durante el periodo. Expertos advierten que noviembre sería el mes con más lluvias, seguido por los primeros quince días de diciembre, cuando las precipitaciones serían más concentradas. La Dirección de Gestión del Riesgo recomendó a la comunidad 'mantener limpias las alcantarillas, evitar arrojar basura en las calles y revisar el estado de los techos y desagües' para prevenir emergencias por inundaciones o deslizamientos.
A partir de la segunda mitad de diciembre se prevé una reducción progresiva de las lluvias, lo que marcaría el inicio de la transición hacia la temporada seca. Este periodo se extendería durante enero, febrero y parte de marzo de 2026, según los pronósticos del Ideam y la administración local. Las autoridades locales mantienen la alerta y realizarían monitoreos constantes en zonas de riesgo. Además, recordaron que aunque las lluvias serían parte del ciclo natural, su intensidad podría verse alterada por factores climáticos globales, como el fenómeno de La Niña y el cambio climático, lo que exigiría 'mayor preparación' y 'conciencia ambiental' por parte de la ciudadanía. El reporte continúa en desarrollo.
Vía: El Cronista • El Olfato


