El Gobierno de Venezuela denunció hoy la presunta incursión de aeronaves militares estadounidenses a 75 kilómetros de sus costas en el mar Caribe, calificando el hecho como una “provocación guerrerista” que 'amenaza la estabilidad regional'. Según Caracas, los aviones, cazas F-35, habrían sido detectados dentro de la Región de Información de Vuelo (FIR) de Maiquetía y también reportados por una aerolínea colombiana, lo que demostraría que la operación 'no fue un error', sino una 'acción deliberada'. En un comunicado, el Ejecutivo exigió al secretario de Guerra (Defensa) de Estados Unidos, Pete Hegseth, que cese su “postura temeraria y aventurera”, advirtiendo que pondría el caso en conocimiento del secretario general de la ONU, António Guterres, así como de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), el Consejo de Seguridad y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Para el gobierno venezolano, este incidente se sumaría a un 'patrón de hostigamiento' previamente denunciado y que iría en contra de la Convención de Chicago sobre Aviación Civil Internacional.
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, también acusó a Washington de un “acoso militar” sostenido, tras detectar más de cinco vectores aéreos (aeronaves) con 'patrones de vuelo' de 400 nudos a 35.000 pies de altura (más de 10.600 metros). Señaló que estas incursiones, realizadas 'incluso en horarios nocturnos', evidenciarían un aumento de operaciones de inteligencia y vigilancia 'contra Venezuela'. El funcionario agregó que, aunque se trataría de una amenaza, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb) 'no se dejará intimidar' y que permanecería en alerta con su Sistema Integrado de Defensa Aeroespacial. Este episodio ocurre mientras el Presidente Donald Trump intensifica la llamada ofensiva antidrogas en el Caribe. La Casa Blanca ha declarado recientemente que Estados Unidos libraría un “conflicto armado no internacional” contra los cárteles, a los que designó como “combatientes ilegales” y 'organizaciones terroristas'. En este marco, Washington justificó recientes bombardeos contra tres embarcaciones en el Caribe, al menos dos de ellas de origen venezolano, acusándolas de presuntamente transportar drogas y estar vinculadas al Tren de Aragua. El primer ataque, realizado el 2 de septiembre, dejó 11 muertos cuyas identidades aún no se han confirmado. Aunque la Casa Blanca argumentó que se trataría de un acto de “autodefensa” para 'frenar el tráfico de fentanilo', expertos y congresistas estadounidenses han cuestionado la legalidad de estas acciones, y recordando que la mayoría del opioide que llega a EEUU provendría de México y China. Legisladores demócratas y republicanos han pedido al presidente que acuda al Congreso si pretende mantener operaciones militares de esta naturaleza.
Estados Unidos mantiene en la región al menos ocho buques de guerra, un submarino de propulsión nuclear y más de 4.500 soldados, además de haber trasladado cazas F-35B a Puerto Rico. Caracas interpreta este despliegue como parte de un plan para propiciar un “cambio de régimen” en Venezuela, más que como un esfuerzo contra el narco. El Presidente Nicolás Maduro y su gabinete sostienen que se trataría de una maniobra de 'presión militar y política' que violaría la 'soberanía nacional'. En este contexto de creciente tensión, el Gobierno de Venezuela anunció que ejercería 'plenamente' su derecho a la defensa y que acudiría a organismos internacionales para exigir sanciones contra Estados Unidos por lo que considera una política 'agresiva y desestabilizadora'. Y en medio de todo, Maduro adelantó la Navidad desde ayer, 1 de octubre, con un despliegue de luces, música y eventos en plazas y avenidas del país, asegurando que pretendería “activar la temporada comercial” y animar a la población. El año pasado también se adelantó la temporada. El inicio estuvo marcado por fuegos artificiales lanzados desde El Helicoide, sede del Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional) señalada como centro de torturas por la ONU y ONG, lo que generó rechazo de la oposición y defensores de derechos humanos que recuerdan miles de presos políticos allí recluidos. Aunque el oficialismo presenta la medida como 'motor económico y festivo', ocurre también en un contexto de crisis social y tensiones e incertidumbre con EEUU por la presencia militar en el Caribe. El reporte continúa en desarrollo.
Vía: DW • AFP • EFE • Noticias Telemundo • AP • El Universal • Revista Cambio


