El Tribunal Supremo de Justicia de Bolivia anuló la sentencia de diez años de prisión impuesta a la expresidenta Jeanine Áñez y ordenó su liberación inmediata, según informó el presidente de la Corte. La exmandataria había sido condenada en 2022, acusada de presuntamente haber asumido ilegalmente la presidencia en 2019, durante la crisis política tras la renuncia del expresidente Evo Morales. Áñez permanecía recluida en una cárcel de La Paz mientras avanzaban los procesos judiciales en su contra. El Tribunal Supremo determinó que la expresidenta debía ser juzgada mediante un “juicio de responsabilidades” (un procedimiento especial que requiere autorización del Congreso) y no a través de la justicia penal ordinaria, como se había hecho inicialmente.
El presidente del Tribunal, Romer Saucedo, explicó que en el proceso judicial previo 'se cometieron vulneraciones' al ordenamiento jurídico vigente y a los derechos fundamentales de Áñez. En consecuencia, la Corte decidió revocar la condena y devolver el caso a la instancia correspondiente, en conformidad con la Constitución boliviana. Tras conocerse la decisión, Áñez publicó un mensaje en la red social X: “Nunca voy a arrepentirme de haber servido a mi patria cuando me necesitó”, dijo, y añadió que habría actuado 'con la conciencia tranquila y el corazón firme', aunque habría admitido que las decisiones difíciles en política tendrían 'un precio alto'. Tras el fallo, la liberación de la exmandataria aún dependía de que un juez de La Paz recibiera la notificación formal y tramite su excarcelación. Este jueves, 6 de noviembre, fue liberada tras cuatro años y ocho meses de prisión, y dijo que “nunca hubo un golpe, sino un fraude”, mientras portaba una bandera boliviana junto a sus hijos.
Jeanine Áñez asumió la presidencia interina de Bolivia en noviembre de 2019, en medio de una ola de protestas y acusaciones de fraude electoral contra Evo Morales, quien había buscado un nuevo mandato hasta 2025. Aunque su gestión fue considerada por sus seguidores como una 'transición necesaria', sus detractores lo catalogado como un 'Golpe de Estado', una controversia que aún marca la política boliviana. Y es que Áñez era senadora por el departamento de Beni y segunda vicepresidenta del Senado, y asumió el cargo de presidenta tras la renuncia de Morales, su vicepresidente y las principales autoridades del Congreso, en medio de un vacío de poder. Su proclamación no contó con cuórum (o considerable presencia) del MAS, partido de Morales. El reporte continúa en desarrollo.
Vía: DW • AFP • EFE • BBC • El País


