Una estudiante de la Universidad del Tolima denunció, mediante una tutela, que habría sido víctima de abuso sexual en 2023 y posteriormente revictimización por la institución. En una intervención pública ante el Consejo Superior Ampliado realizado dentro del campus, afirmó que la universidad habría ignorado su situación de salud mental, desestimado denuncias de violencia basada en género (VBG) y organizado un 'careo' con presuntos agresores. Su testimonio generó conmoción y derivó luego en la suspensión de la sesión. También volvieron a tocarse denuncias por presunta violencia laboral de género por parte de la profesora Inés Pinzón, quien también se habría sentido atacada institucionalmente.
Ambas mujeres acudieron a la justicia. El 9 de julio un juez falló en favor de la estudiante, reconociendo que la universidad vulneró sus derechos fundamentales. Aunque no se ordenó un acto público de disculpas por solicitud de la afectada, la sentencia mencionó fallas en la aplicación del protocolo de VBG. Este fallo coincidió con un evento institucional en el que la universidad, encabezada por la rectora encargada Nancy Gómez, ofreció disculpas públicas por las violencias de género ocurridas en su entorno. Durante el acto de disculpas, Gómez reconoció 'errores institucionales' y agregó que se trabajaría en la prevención y atención de estos casos. La jornada reunió a estudiantes, docentes, colectivos feministas y autoridades departamentales. La colectiva feminista María Incendiaria mencionó la necesidad de construir una 'justicia restaurativa' y un diálogo 'que reconozca errores del pasado'.
El Ministerio de Educación también se pronunció, señalando que el caso mencionado evidenciaría una 'aplicación deficiente' del protocolo de VBG en la Universidad del Tolima. Indicó también que no se habría garantizado un abordaje integral ni sensible frente al acto sufrido por la estudiante. La estudiante y otros sectores sociales han advertido que aún habría una 'gran deuda' con las víctimas, y que se esperaría que las acciones institucionales pasen de gestos simbólicos a 'cambios reales' que erradiquen la violencia de género dentro del ámbito universitario.
Vía: El Olfato • El Cronista