En las últimas horas escaló la polémica por cuenta de versiones que han referido en presuntos excesos del Presidente Gustavo Petro. En medio de todo, esta semana Álvaro Leyva, excanciller de Colombia, habría reconocido ante la Comisión de Acusaciones que no tendría pruebas directas ni testigos verificables de que Petro consuma drogas, a pesar de haberlo acusado públicamente en varias cartas. Durante su comparecencia, Leyva habría admitido que 'nunca lo ha visto' consumir ninguna sustancia alucinógena, y que habría basado sus afirmaciones en rumores, publicaciones y comentarios de terceros no identificados. Al ser cuestionado, indicó que lo único que habría presenciado habría sido el consumo de licor por parte del presidente en algunos eventos oficiales. Además, manifestó disculparse por 'expresiones ofensivas' que habría usado anteriormente y habría evitado ratificar señalamientos contra personas del círculo cercano a Petro, como Laura Sarabia. Lo anterior fue reportado por El País.
Leyva ha pedido que se investigue el comportamiento del mandatario en ciudades como París (Francia), Florencia (Caquetá) o Santiago de Chile. Su distanciamiento con Petro, tras haber sido removido por una sanción administrativa, derivó en una escalada de tensiones, y en el más reciente escándalo se le señaló de presuntamente buscar apoyo de congresistas republicanos en EEUU para promover la destitución de Petro, algo legalmente inviable. Desde el entorno presidencial, Leyva ha sido acusado de 'traidor' y que sus motivaciones responderían a 'frustraciones personales y ambiciones políticas'. Sin embargo, esta mañana la periodista y precandidata presidencial Vicky Dávila reportó una presunta serie de chats que vincularían a Gustavo Petro con fiestas durante su campaña presidencial en 2022, supuestamente financiadas con dinero de Euclides Torres, un contratista relacionado con el clan político 'Torres' de Barranquilla. Esto ha generado amplia polémica en redes sociales. Según Dávila, los mensajes, parte del expediente judicial de Nicolás Petro (hijo del presidente) y en poder de la Fiscalía mostrarían cómo Day Vásquez, exesposa de Nicolás, describiría un patrón de comportamientos considerados “desordenados”, incluyendo el uso de alcohol, presencia de mujeres trans, y ausencias injustificadas a eventos oficiales. Vásquez habría manifestado 'temor' ante la posible filtración de 'videos comprometedores' y alertado sobre la presencia de un coronel encargado de gestionar la logística de dichas reuniones.
Los diálogos también mostrarían presuntas estrategias para encubrir estas conductas, incluyendo excusas públicas como intoxicaciones, y la instrucción de no informar a la esposa del presidente, Verónica Alcocer. Vásquez y Nicolás Petro hablarían de 'varias mujeres, consumo de sustancias' y una necesidad de mantener 'en secreto' los lugares donde ocurrieron los encuentros. Dávila criticó que todo 'afectaría la función presidencial y la seguridad nacional', y que no solo se trataría de lo privado. Con estas denuncias, cerró diciendo que Colombia “no merece un presidente como Petro”, y solicitó apoyo 'para derrotarlo' en 2026. Aún no se han presentado pruebas materiales concluyentes sobre esto último ante las autoridades. Sobre lo último, Nicolás Petro calificó como 'montaje' los chats, señaló irregularidades en las imágenes, como fechas extrañas y nombres que no corresponderían a cómo se trataban él y su entonces pareja, y que dichos chats no harían parte del expediente judicial en su contra. Anunció acciones legales. Dávila, horas después de la polémica, publicó lo que serían chats originales, lo que sugeriría que los publicados durante la mañana habrían sido editados. Por su parte, Day Vásquez sostuvo que los chats sí serían auténticos. El Presidente Gustavo Petro, por su parte, reaccionó catalogando la filtración como “periodismo vagabundo” y denunció un 'intento de manipulación mediática'. El reporte continúa en desarrollo.
Vía: La Silla Vacía • El País • Infobae • Revista Semana • El Tiempo
