Tolima conmemoró los 40 años de la Tragedia de Armero con anuncios que pretenderían acciones concretas de prevención. Durante los actos de ayer, 13 de noviembre, la gobernadora Adriana Magali Matiz dijo que, junto a la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, se construiría en Armero el primer Centro Integral de Gestión del Riesgo y Desastres (CEGIR) del país. Según se dijo, el proyecto estaría ubicado en un terreno de seis hectáreas y se sumaría a la entrega del Parque Jardín de la Vida, concebido como un espacio 'de memoria y esperanza'. La mandataria refirió que el centro beneficiaría al departamento, pero que también atendería emergencias en todo el centro del país.
Matiz explicó que esta iniciativa surgiría de 'las lecciones' que dejó la tragedia de 1985 y mencionó que en Tolima también se avanzaría en otros proyectos relacionados, como un fortalecimiento del sistema de alertas tempranas en zonas de riesgo. También mencionó que la decisión de ubicar el CEGIR en Armero representaría un reconocimiento 'pendiente desde hace décadas', y que habría sido necesaria una gestión conjunta con el director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (Ungrd), Carlos Carrillo, para que el Gobierno Nacional fijara su atención en el territorio. La gobernadora indicó que el terreno ya estaría asegurado tras un trabajo coordinado con el alcalde de Armero y la Ungrd y que ahora avanzarían en los estudios y diseños técnicos para obtener la viabilidad del lote y, posteriormente, pasar a la etapa de construcción. Este reporte está en desarrollo.
A próposito, a 40 años de la tragedia, Tolima seguiría siendo uno de los territorios más vulnerables del país por su alta actividad volcánica, pero continuaría, por ejemplo, sin un observatorio propio del Servicio Geológico Colombiano (SGC). La vulcanóloga Marta Calvache advirtió que el mayor riesgo no sería el volcán, sino el desconocimiento, y consideró que una falta de cultura del riesgo y de infraestructura científica limitaría la capacidad del departamento para comprender y anticipar fenómenos como los lahares que históricamente habrían devastado la región. Además, que Armero ya habría sido destruido por avalanchas en 1595 y 1845, por lo que no sería un hecho aislado. Calvache agregó que, aunque existirían observatorios en Manizales, Popayán y Pasto, la ausencia de una sede en Ibagué constituiría una 'deuda histórica' y afectaría 'la investigación, la interpretación oportuna de la actividad volcánica y la educación comunitaria'. La experta afirmó que el conocimiento del territorio debe integrarse a la planificación urbana, la educación ambiental y la toma de decisiones cotidianas.
Vía: El Irreverente • Ecos del Combeima


