En un caso que generó especial conmoción a nivel internacional, la Justicia francesa condenó a cadena perpetua al exanestesista Frédéric Péchier, acusado de envenenar a 30 pacientes entre 2008 y 2017 en dos clínicas de la ciudad de Besanzón, en el este de Francia. De ese total, 12 personas habrían muerto. El tribunal ordenó su encarcelamiento inmediato y fijó un período mínimo de 22 años antes de que pueda solicitar la libertad condicional. Según la sentencia, Péchier 'provocaba deliberadamente' paros cardíacos y otras complicaciones médicas para luego intentar “salvar” a los pacientes y 'dejar en mal lugar' a colegas con los que mantenía conflictos laborales. La Fiscalía lo calificó como un “asesino en serie” que “utilizó la Medicina para matar”, al considerar probada su responsabilidad a pesar de una ausencia de pruebas directas.
Las víctimas tendrían entre cuatro y 89 años. El caso que más conmoción habría causado fue el de un niño de cuatro años que habría muerto durante una cirugía rutinaria de amígdalas. Los investigadores habrían detectado un patrón común en los episodios: Péchier habría sido el único nexo entre los casos ocurridos en circunstancias médicas consideradas anómalas. Durante el juicio, que se extendió por más de tres meses, el acusado siempre manifestó inocencia. En su última declaración dijo haber respetado el juramento hipocrático y negó haber envenenado a pacientes. “No soy un envenenador”, insistió ante el tribunal, mientras su familia lo acompañaba en la sala.
El tribunal mixto, compuesto por jurados populares y magistrados profesionales, rechazó su versión y respaldó los argumentos de la acusación. Según la Fiscalía, Péchier 'contaminaba bolsas de perfusión con sustancias como potasio, adrenalina, anestésicos locales e incluso heparina' con el objetivo de 'provocar fallas graves' en pacientes atendidos por otros médicos y 'afectar psicológicamente' a sus colegas. La Fiscalía describió al exanestesista como un “doctor de la muerte” que habría actuado 'movido por resentimiento' y una “sed de poder”. Aunque la defensa anunció que impugnaría o apelaría la sentencia, el fallo cerraría uno de los casos criminales más impactantes en Francia en los últimos años, en un país aún sacudido por otros escándalos judiciales vinculados al ámbito médico.
Vía: DW • AFP • EFE
