Una tragedia conmocionó a Bogotá comenzó el 5 de abril, cuando un paquete de frambuesas bañadas en chocolate llegó como supuesto regalo a un apartamento en el sector Rosales. No obstante, lo que sería una tarde de encuentro de un grupo de adolescentes terminó con dos jóvenes muertos y otras personas habrían resultado intoxicadas de manera grave. A ocho meses del caso, las autoridades apuntan a una sola responsable: Zulma Guzmán Castro, empresaria del sector tecnológico y fundadora de la plataforma Car-B, quien ahora es buscada internacionalmente. Las víctimas habrían consumido el obsequio entregado por un domiciliario de Rappi y pronto habrían presentado vómitos, náuseas y síntomas neurológicos. Dos niñas de 15 años, Emilia Forero e Inés de Bedout, fallecieron en los días siguientes, mientras los demás afectados fueron internados en la UCI de la Fundación Santa Fe. Los análisis forenses confirmaron que las frambuesas contenían talio, un metal altamente tóxico, lo que habría llevado a que el caso pasara de intoxicación accidental a doble homicidio agravado. La Fiscalía concluyó que el envenenamiento habría sido 'intencional y preparado con antelación'.
Las investigaciones determinaron que Guzmán habría adquirido las frambuesas en dos compras consecutivas, las habría contaminado con talio y coordinado la entrega disfrazada como un obsequio. Según se dijo, la ruta del paquete habría sido reconstruida 'paso a paso', y la evidencia incluiría la trazabilidad del envío, el testimonio del domiciliario, análisis químicos del contenido y la confirmación de que el metal mortal estaba presente en 'niveles letales'. La empresaria, conocida por su participación en Shark Tank Colombia, fue vinculada formalmente como presunta responsable. Tras el crimen, Guzmán habría abandonado Colombia. Según las autoridades, habría pasado por Argentina, Brasil, España y Reino Unido. Por ello, la Fiscalía emitió orden de captura internacional y la Interpol activó circular roja para su ubicación. Guzmán, por su parte, difundió un mensaje en el que aseguró que no habría huido, afirmó vivir 'desde hace años' en Argentina y argumentó que su viaje a Europa respondía a 'motivos académicos'. Admitió una relación clandestina u oculta con el papá de una de las víctimas, pero negó responsabilidad en el crimen.
El posible móvil del ataque sigue bajo investigación. La Fiscalía analiza si estaría relacionado con una 'venganza personal', especialmente por la relación entre Guzmán y el papá de una de las fallecidas. También estudian si este caso podría estar vinculado a la muerte previa de la mamá de una de las víctimas, lo que abriría la puerta a un patrón criminal más amplio. Las autoridades consideran esta conexión como un indicio clave que podría reforzar la hipótesis de un plan premeditado. Medios nacionales e internacionales siguen el caso, uno de los más enigmáticos de los últimos años, mientras expertos pidieron 'mayores controles' sobre sustancias tóxicas como el talio y mejores protocolos en plataformas de mensajería y distribución de alimentos. Aunque la investigación continúa, la ciudadanía exige 'resultados concretos', la captura de Guzmán y la implementación de reformas 'para evitar' tragedias similares. El talio es un metal pesado cuyas sales son incoloras e insípidas, lo que facilitaría que pase desapercibido en alimentos. Incluso en cantidades mínimas podría causar daño severo porque imitaría al potasio y entraría de manera fácil a las células, afectando órganos como el corazón, el hígado y el sistema nervioso. Sus primeros síntomas suelen ser vómito y náuseas. Históricamente usado como veneno para ratas, hoy su acceso estaría restringido por su letalidad. El reporte continúa en desarrollo.
Vía: El Nuevo Siglo


