Jean Claude Bossard, un administrador de empresas barranquillero (colombo-francés) de 29 años, fue asesinado esta semana en un intento de hurto en la avenida 19 con calle 108, en el norte de Bogotá. El hecho generó especial conmoción a nivel nacional. Caminaba hacia su casa tras almorzar con compañeros cuando dos sujetos en motocicleta lo habrían abordado para robarlo. Las cámaras habrían registrado unos segundos de forcejeo en los que uno de ellos habría intentado quitarle su cadena y celular. Bossard habría recibido dos disparos, uno de ellos mortal en el pecho. Su muerte ocurrió días antes de cumplir 30 años, celebración para la que su familia había viajado desde Barranquilla. Los papás de Jean Claude lo recordaron como 'un hombre sin vicios y comprometido con el país' a pesar de tener doble nacionalidad. Además, que habría rechazado irse del país porque “amaba a Colombia”. Sus amigos también lo describieron como un 'motociclista apasionado, alegre y lleno de energía'. “¿Cómo es posible que por un celular le arrebaten la vida a alguien como él?”, mencionaron.
Durante una persecución policial sucedida momentos después del hecho, el conductor de la moto fue abatido por un uniformado, mientras que un joven de 16 años, quien habría disparado contra Bossard, fue herido y aprehendido. Según reportes recientes, el menor ya sería conocido por las autoridades: habría sido capturado en mayo por hurto calificado, habría aceptado cargos y desde octubre cumpliría una medida de “libertad vigilada”, que no habría impedido que siguiera en la delincuencia. La banda a la que pertenecía, conocida como “la banda de La Moto Naranja”, ya tendría alertas ciudadanas por robos en Usaquén. El alcalde Carlos Fernando Galán explicó que la motocicleta naranja habría sido identificada semanas atrás tras denuncias ciudadanas. También, que la justicia no habría enviado al menor a un programa de justicia restaurativa, sino que le habría impuesto 'libertad vigilada', figura del Código de Infancia y Adolescencia que supone seguimiento, pero no detención. Galán llamó 'a la reflexión' por 'un adolescente que ya había sido capturado y que estaba cumpliendo sanción volvió a delinquir y terminó asesinando a una persona'.
Tras su captura por el crimen de Bossard, la Fiscalía imputó al menor los delitos de homicidio, fabricación y porte de armas, tentativa de hurto calificado y falsedad marcaria. El joven aceptó los tres primeros cargos, pero no el de falsedad. Un juez ordenó internamiento preventivo en un centro especializado, dada la gravedad de los hechos y su reincidencia. El caso habría reavivado el complejo debate sobre la efectividad del sistema penal adolescente y la reincidencia en menores. Mientras avanza el proceso judicial, familiares y amigos de Jean Claude Bossard se preparaban para despedirlo.. Su papá cuestionó que jóvenes 'con múltiples anotaciones' sigan operando sin 'consecuencias efectivas'. “La vida no está diseñada para que un padre entierre a un hijo”, consideró. El crimen plantearía nuevamente retos en materia de seguridad ciudadana y responsabilidad penal juvenil, cuando el debate y la conmoción continúan. El reporte continúa en desarrollo.
Vía: Noticias Caracol • El Colombiano • El Tiempo
