El Gabinete de Seguridad de Israel aprobó recientemente un plan del primer ministro Benjamin Netanyahu para ocupar la Ciudad de Gaza, en el marco de una estrategia que incluiría la eliminación del grupo Hamas, un 'control de seguridad' israelí en el enclave, y la instauración de una administración civil alternativa 'que no involucre a Hamas ni a la Autoridad Palestina'. Esta decisión llega en medio de una tensión política y social dentro y fuera de Israel. Antes de la reunión del gabinete, Netanyahu declaró en Fox News que Israel tendría la intención de tomar un 'control total' de Gaza 'para su seguridad', desmantelar a Hamas y “liberar” al pueblo gazatí del “terror”. Aunque agregó que no pretenderían quedarse como gobierno permanente en el territorio, la medida ha generado críticas internas. Medios reportaban que protestas en ciudades israelíes se habrían intensificado, especialmente por parte de las familias de los rehenes, quienes consideran la ocupación total como una “sentencia de muerte” para sus seres queridos, aún retenidos por Hamas. A esto se suman advertencias desde las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y altos mandos militares de que una expansión hacia zonas densamente pobladas, como la Ciudad de Gaza y los campos del centro, podría 'poner en peligro' a los 20 rehenes que aún se cree estarían con vida. Medios israelíes reportaron que incluso maniobras militares en esas zonas podrían derivar en su 'muerte accidental'.
Mientras tanto, la situación humanitaria en Gaza continúa siendo compleja. Según el Ministerio de Salud del enclave, más de 61.000 personas habrían muerto y 152.000 habrían resultado heridas desde el inicio del conflicto en 2023. La ONU estima que el 87% del territorio estaría bajo órdenes de evacuación o declarado 'zona militar'. Una desnutrición, especialmente entre niños, habría aumentado. Si bien Israel ha negado la existencia de hambruna, agencias humanitarias han denunciado 'cientos de muertes' que estarían relacionadas con una falta de alimentos cerca de centros de distribución. Analistas han considerado que la estrategia del primer ministro podría responder también a presuntas 'presiones políticas internas'. Sectores 'ultranacionalistas' dentro de su coalición habrían exigido una postura 'inflexible', incluso con propuestas de expulsión de la población palestina. Netanyahu ha insistido en que Hamas no estaría dispuesto a negociar, pero medios han interpretado el anuncio del plan de ocupación como un 'intento de presión' para 'forzar concesiones'.
Este viernes, 8 de agosto, el Consejo de Seguridad de la ONU convocó para el día siguiente una reunión 'de urgencia' para tratar el plan del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de que el ejército tome el control de Ciudad de Gaza, la mayor urbe de la Franja. La medida ya ha generado críticas internacionales y advertencias del secretario general de la ONU, António Guterres, sobre una posibilidad de escalada y un agravamiento de la crisis humanitaria. Actualmente, el ejército israelí mantiene operaciones en cerca del 75% de toda la Franja de Gaza. Algunas de las reacciones a la reciente aprobación: Turquía dijo condenar la medida como parte de una política “expansionista y genocida” y pidió un alto al fuego, así como la intervención 'urgente' del Consejo de Seguridad de la ONU. El primer ministro británico, Keir Starmer, calificó la decisión como 'error' que traería 'más violencia', y reiteró una necesidad de un acuerdo de dos Estados, sin participación de Hamas. La Autoridad Nacional Palestina la catalogó de 'crimen y violación del derecho internacional', anunciando gestiones ante la ONU, la OCI (Organización de Cooperación Islámica) y la Liga Árabe que pretenderían 'frenar la ofensiva'. España también manifestó “condena firme” y que la acción aumentaría la destrucción, también refiriendo a la necesidad de un Estado palestino 'viable'. Reino Unido y España han suministrado armamento a Israel. El reporte continúa en desarrollo.
Vía: CNN • BBC • FOX • NTN24 • TeleSUR • Sputnik
